Hay gente que se sienta orgullosa de los lugares a los que pertenecen. Por mi parte, me enorgullecen los lugares en los que he estado. Creo que cada paso que damos en un sitio va modelando poco a poco quienes somos, y que nos vamos llevando algo dentro, al mismo tiempo que dejamos una parte en ellos. Así, si revisáramos las calles, cerros, bosques y caminos que hemos recorrido, podríamos ir armando nuestras autogeografías.
Esta es parte de la mía: son algunos de los lugares en los que he amado, reído, perdido y fascinado. Hay bosques y volcanes, puertos y cordilleras, desiertos y archipiélagos. Algunos, muy distintos. Otros, algo más emparentados. Sin embargo, son todos testimonio de la grandeza de la cuál podemos empaparnos en nuestro entorno, especialmente cuando a veces, lo único que se necesita, es dar unos pasos más alla...